«A CADA ALMA SUPLICANTE que esté luchando en oración con Dios, pero como no tengo el tiempo voy a despacharlo en un minuto con estas palabras. Queridos amigos, si su corazón está puesto sobre algún objetivo especial en la oración, si tienen una promesa expresa para ello (y observen que eso es indispensable), no han de vacilar aunque el objeto de su deseo esté más lejos ahora que cuando comenzaron a orar. Si aun después de meses de súplicas el objeto pareciera más difícil de alcanzar ahora de lo que hubiere sido jamás, esperen en el propiciatorio plenamente persuadidos de que aunque Dios se tome Su tiempo y ese tiempo no sea el tiempo de ustedes, Él ha de redimir Su promesa y lo hará cuando venga la plenitud del tiempo. Si han orado por la salvación de su hijo, o de su esposo, o de su amigo, y esa persona se ha vuelto peor en vez de ser mejor, no cesen de orar. Aunque ese amado pequeñito se haya vuelto más obstinado, y ese esposo se haya vuelto aún más profano, hay que confiar en la palabra de Dios; y si ustedes tienen la fe para argumentar Sus atributos de fidelidad y poder, seguramente Él nunca ha dejado caer al suelo las oraciones de ustedes dejándolas infructíferas y nunca lo hará; y repito esta palabra para que se aseguren de llevarla con ustedes: no permitan que el hecho de que la respuesta pareciera estar más lejana que nunca les produzca desaliento. Recuerden que confiar en Dios en medio de la luz no es nada, pero confiar en Él en la oscuridad, eso es la fe. Confiar en Dios cuando todo da testimonio de Dios no es nada, pero creer en Dios cuando todo pareciera negarle la verdad, eso es la fe. Creer que todo irá bien cuando las providencias externas soplan suavemente es algo que cualquiera puede hacer, pero creer que todo está bien y que estará bien cuando las tormentas y tempestades te rodean por todos lados y eres arrastrado por el viento más y más lejos de la bahía de tu deseo, esta es una obra de la gracia. Mediante esto sabrás si eres un hijo de Dios o no, viendo si puedes ejercitar la fe en el poder de la oración cuando todo te impide esperarlo».
Extracto tomado de: Una fe Inconmovible
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