«Orar sin cesar no significa simplemente recitar alguna oración estereotipada treinta y cinco veces. No tiene nada que ver con rezar el rosario, las plegarias repetitivas o algún tipo de oración ritual estructurada. Orar sin cesar quiere decir ver las cosas desde un punto de vista de Dios. Cuando somos conscientes de algún dolor, le pedimos al Señor que lo cure; cuando reparamos en un determinado problema, buscamos la solución de parte de Dios. La oración incesante supone ver a un hermano cristiano que tiene alguna necesidad y orar por él, o reconocer que cierto hombre está en dificultades y pedir a Dios que le libere. Significa conversar con Dios acerca de lo que usted sabe que la deshonra. Todas esas cosas ejemplifican lo que constituye orar sin cesar. En cada momento del día estamos alabando Dios por algo maravilloso o intercediendo por alguien: viviendo en comunión ininterrumpida con Èl».
— John MacArthur