Como un joven cristiano, hace cuarenta años, leí La Cruz y el Puñal de David Wilkerson y Run, Baby, Run, escrita por Nicky Cruz, un pandillero que pertenecía a las a las pandillas de Nueva York y a quien de David Wilkerson había llevado al Señor. Ambos libros tuvieron una profunda influencia en mí. Después de Wilkerson murió en un accidente automovilístico el 27 de abril escuché un extracto de siete minutos de su mensaje “Un llamado a la angustia.” Y Dios lo usó para hablar conmigo. Después de décadas de no escuchar a David Wilkerson, di gracias a Dios por él. “Y a través de su fe, aunque murió, él sigue hablando” (Hebreos 11:4) Randy Acorn [Ver fuente aquí]
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