Me gusta revisar la historia de la iglesia, la vida de los cristianos del primer siglo que estuvieron dispuestos a morir,
conocer sobre el oscurantismo religioso y sobre los mártires de la reforma que arriesgaron todo por la verdad.
¿Y qué decir de los mártires contemporáneos?, hay tantos de ellos en diferentes partes del mundo. Todo esto me motiva, me reta y a la misma vez me hace ver tan miserable. ¡Sierva inútil soy!
¡Qué importa que te rechacen, qué importa qué te ignoren, qué importa que te hayan dejado sola/o, qué importa que te calumnien! En resumidas cuentas, ¿qué es más importante, agradar a Dios o al hombre? -Hechos 5:29-.
Como les decía, me encuentro meditando en la historia de la iglesia y en algunos pasajes bíblicos sobre el Sermón del Monte y esta predica en particular fue de mucha bendición: “No echéis vuestras perlas delante de los cerdos” del pastor Sugel Michelén.
(Lc. 12.49-53; 14.26-27)
34 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su casa. 37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
Mateo 7:6 [BDLA]
“No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose os despedacen”.
Gracias por sus predicas, son de gran bendicion para muchos, de todo corazon envio millon de bendiciones para toda aquella persona que esta involucrada en este ministerio tan lindo, gracias por todo y bendiciones bye Martha