Hace un tiempo comencé a traducir un artículo títulado en inglés, “Why I won’t preach”, el cual esta muy bueno. Por razones que no vale la pena detallar no lo había publicado. Decidí terminarlo y compartirlo con ustedes, espero que soporten la traducción y la entiendan, los que prefieran pueden leerlo directamente en su idioma original y así disfrutarlo mejor.
Por cuales cosas no predicaré
Hechos 5:42
Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar á Jesucristo.
El camino más seguro de recibir la crítica del público es que uno mismo se ponga en el ojo del público.No importa quien eres, lo que haces, cómo lo haces, o porque lo haces, siempre habrá alguien, en alguna parte, a quien no le guste esto, por cualquier razón.
Estas críticas pueden atraparte fuera de guardia, viniendo de todos lados, y pueden cortar más agudo que una máquina de afeitar. Pero el predicador de Dios debe ser uno que no necesite la aprobación de los hombres, solamente la aprobación de su Señor. El hombre que encuentra su fortaleza en el Señor, y no en la iglesia o el mundo, será un hombre, al que ni el mismo infierno podría silenciar.
Con mucha crítica viniendo por todos lados, luchando fuera y luchando dentro, he determinado firmemente en mi mente que no predicaré…
No predicaré:
Otro Jesús
Otro Evangelio
Un mensaje que excluye el infierno
Un mensaje que excluye arrepentimiento
Un mensaje lleno de una falsa paz
Cualquier cosa excepto la Palabra de Dios
Por qué razón no predicaré a otro Jesús, al Jesús popular, al Jesús suave y sentimental (el bonachón).
Hoy en día existe otro Jesús que es predicado y que es diferente al Jesús del cual la Biblia habla.
Las camisetas vendidas en las tiendas cristianas dicen “Jesús es mi Home-Boy”, pero el Jesús de la Biblia es Señor, Salvador y Juez. No es este nuevo y sonriente Jesús que necesita ser predicado, es el Jesús que ordena a la gente a arrepentirse (Mateo 4:17), no acepta a los pecadores como son pero requiere de ellos que nazcan otra vez (Juan 3:3), enseñando temor a Dios y advirtiendo sobre el infierno (Mateo 10:28), el juez que juzgará los secretos de los hombres (Romanos 6:18), transformándoles en nuevas criaturas (II Cor. 5:17) y este es el Jesús que voy a predicar.
Por que razón no predicaré otro Evangelio, el Evangelio moderno, el Evangelio del “fácil-creer”.
Hoy día existe otro evangelio que es predicado. Este evangelio moderno salva a los hombres en su pecado pero no de su pecado. Este evangelio moderno, este nuevo evangelio, requiere solamente que los pecadores crean pero no que los pecadores se arrepientan. Este evangelio moderno, este nuevo evangelio, se ha adaptado a los pecadores y se ha forjado en el abismo del infierno. Este evangelio moderno salva a los hombres en su pecado pero no su pecado. Este evangelio moderno, este nuevo evangelio, requiere solamente que los pecadores crean pero no que los pecadores se arrepientan. Este evangelio moderno, este nuevo evangelio, se ha adaptado a los pecadores y se ha forjado en el abismo del infierno. Este evangelio moderno no tiene ninguna cruz sino solamente comodidad, ningún arrepentimiento sino solamente remisión, ninguna advertencia del infierno sino solamente esperanzas en el cielo.
El evangelio que debe ser predicado hoy es el evangelio bíblico, el evangelio poderoso, no un evangelio neutralizado. Necesitamos el evangelio que pisotea el pecado, que destruyela muerte, que conquista el infierno. Necesitamos el evangelio que arrebata a los hombres de las llamas del infierno, de las garras de la muerte, y del reinado del pecado. Este es el evangelio de la luz que es necesario para esta hora oscura, este evangelio de la victoria para este día de la derrota, este evangelio de liberación en estos días de esclavitud.¡Y este es el evangelio que yo voy a predicar!
Por qué no predicaré un mensaje que excluye el infierno
Hoy existen muchos motivadores que te hacen pasar un buen rato. Han tomado los mensajes de motivadores, los han editado añadiendo las palabras “Dios” y “Jesús”, y los han compartido como sermones en sus congregaciones de miles de personas. Se han graduado de seminarios de habla suave (mensajes light), removiendo intencionalmente cualquier asperezas y las “confrontaciones” encontradas en las Escrituras. El problema con estos predicadores no es lo que siempre dicen, sino lo que dejan de decir.
Los mensajes de Jesús a menudo advertían a los malvados acerca de las consecuencias eternas del infierno de fuego. El primer predicador en la Biblia para acuñar la frase “infierno de fuego”fue Jesucristo (Mateo 5:22). A menudo Jesús advirtió públicamente que Dios arroja a los pecadores en un “horno de fuego” en “oscuridad eterna” donde allí “llorará y rechinará los dientes” (Mateo 8:12; 13: 42; 13:50; 22;13; 24:51; 25:30;Lucas 13:28). Jesús advirtió sobre la condenación eterna (Mateo 3:29), la condenación del infierno (Mateo 23:33), y la “resurrección de condenación” (Juan 5:29).Jesús advirtió sobre la “condenación” (Juan 3:19, 5:24), advertía sobre “la ira de Dios” (Juan 3:36), y nosotros deberíamos atrevernos y hacer lo mismo si amamos a los perdidos. ¡Y este infierno, el infierno de Dios, es el que voy a predicar!
Por qué no predicaré un mensaje que excluye el arrepentimiento
En la iglesia americana de hoy lo más escaso es escuchar a un predicador que predica acerca del arrepentimiento. Sin embargo, el tipo más común de predicador que se encuentra en la Biblia son los que con fiereza y valentía predican arrepentimiento. Este tipo de predicas tiene un alto costo y puede dar lugar a bajos ingresos y debido a esto ha sido tirado por una ventana, más preocupados por su propio reino que por el reino de Dios.Por temor a que el arrepentimiento se convierta en un obstáculo muchos han eliminado esta piedra angular para que el evangelio sea más fácil de aceptar, con menos necesidades y más bendiciones.
El arrepentimiento es fundacional y fundamental para predicar el evangelio del reino de Dios, el eliminar este fundamento y seguir construyendo es construir para el reino de este mundo y no para el reino de Dios. Quitar el arrepentimiento del evangelio es manipular y desfigurar el mensaje de modo que ya no es el evangelio bíblico.
La Biblia registra que “Jesús comenzó a predicar y a decir, arrepiéntanse…” (Mateo 2:17) esto debería ser suficiente para que podamos ir y hacer lo mismo.La Biblia también registra que sus discípulos predicaban arrepentimiento, Marcos 6:12: Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. El mismo Cristo, amorosamente y con valentía, dos veces declaró, “A menos que se arrepientan, todos ustedes también perecerán” (Lucas 13:3, 13:5). Este ingrediente bíblico no debe excluirsede nuestras proclamaciones públicas del Evangelio. ¡Y este es el mensaje que en “vivo y directo” voy a predicar!
Por qué no voy a predicar un mensaje de falsa paz
Hoy en hay miles de personas que se sientan en las iglesias congregacionales semana tras semana, mes tras mes, año tras año, con sonrisas externas y el pecado en el interior. “Paz, paz fluye maravillosamente desde el púlpito a las bancas de las iglesias, asfixiándoles con falsas creencias de comodidad y fortaleciendo a los pecadores en sus pecados.
Los falsos profetas en el Antiguo Testamento predicaban:
Curan por encima la herida de mi pueblo,
Y les desean: “¡*Paz, paz!”,
Cuando en realidad no hay paz.(Jeremias 6:14).
Dios ha declarado tajantemente, “no hay paz, dijo mi Dios, para los impíos (Isaías 57:21). Deben ser lavados, limpiados, renovados en la sangre de Jesucristo, transformados en santos de Dios, si es que alguna vez tendrán la paz de Dios y echaran mano de la vida eterna con El.
El evangelio de Dios es mas cortante que toda espada de dos filos (Hebreos 14:12). Nunca esta embotado sino que penetra el corazón y la conciencia de los hombres. Despierta, mueve súbitamente y transforma la vida de los hombres. No mece (la cuna) para dormir, no da palmadita suaves en la espalda, y no cubre el pecado sin además limpiarlo. Y es esta Palabra, más cortante que una espada de dos filos, que voy a predicar!
Por qué no predicare nada sino solo la Palabra de Dios:
Hoy los predicadores predican muchas cosas, pero no la Palabra de Dios. Están en la TV, en la radio, detrás de los pulpitos, y se desempeñan con sus pulidas personalidades, hablan con refinada elocuencia, y declaran cosas que el Señor nunca ha declarado. No hay hambre de comida o de agua en America hoy. Sino que hay hambre de, “Escuchar la palabra del Señor” (Amos 8:11)
El mundo perdido y que muere no necesita de personalidad, ni elocuencia, ni brillo, ni las habilidades de los hombres, lo que necesita es a Jesús. El mundo necesita escuchar la palabra del Señor.Cuando un predicador necesita descansar o dependerde cualquier cosa que no sea Dios y su Palabra, hay algo terriblemente erróneo en él. La Palabra de Dios no solamente es suficiente, sino que la Palabra de Dios es todo lo que necesitamos para convencer a los pecadores y traer consuelo y fortalecer a los Santos. ¡Predica la Biblia!Eso es todo lo que necesitas. ¡Y es ese libro, el libro de Dios, que este predicador va a predicar!

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