ONÉSIMO: Como hacer frente a lo más difícil
Por la gracia de Dios, Onésimo, un esclavo fugitivo, se cruzó en el camino de Pablo y se convirtió en un seguidor de Jesucristo. Pablo lo instó a volver con su amo, quien era un viejo amigo del apóstol y un hermano en la fe.
El apóstol le escribió a Filemón, el dueño de Onésimo, expresando su deseo de quedarse con el nuevo converso: quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio (Filemón 13). También menciona a Onésimo en su epístola a los Colosenses: «Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros» (Col 4.9).
Aunque estaba condenado por la ley romana por haber huido, Onésimo se había convertido en un amigo personal de Pablo que ministró a sus necesidades personales mientras estuvo prisionero. Sin lugar a dudas, este hombre que se había fugado de la casa de su amo tenía mucho miedo de regresar, pero lo hizo por respeto a Pablo y amor a Dios.
«Obedezcamos a Dios y dejemos las consecuencias en sus manos» — Charles Stanley | Principios de Vida