«El señorío de Cristo nos compele y nos comisiona a que enfrentemos las ideologías falsas de la cultura. A todos los creyentes, y en especial a los que están en posiciones de supervisión espiritual, se les ordena defender la fe, contender por la doctrina correcta y compartir las buenas nuevas con otros, no importa cuán impopular el mensaje pudiera ser. Somos llamados a echar abajo todo lo que se levanta a sí mismo en contra de la verdad [2 Corintios 10:5], a estar listos a dar una respuesta de la esperanza que está en nosotros [1 Pedro 3:14-16] y a contender por la fe una vez dada a los santos [Judas 3-4]. Cuando las filosofías mundanas amenazan la iglesia, el apologista expone lo que ellas realmente son: expresiones de necedad [Romanos 1:22; 1 Corintios 1:20]. Cuando la persecución surge, como seguramente lo hará a veces [Marcos 13:9; 2 Timoteo 3:12], el apologista está listo con una defensa inquebrantable [Lucas 21:12-15]. Cuando los falsos profetas introducen herejías destructivas en la iglesia, el apologista denuncia el error [Tito 1:9-11] y protege la verdad del evangelio [Hechos 20:28; 1 Timoteo 6:20; 2 Timoteo 1:14]».
Nathan Busenitz | La Evangelización | Página 58