Recuerdo a un joven pastor decir “todos tenemos un fariseito dentro de nosotros” y estoy muy de acuerdo con él.
En lo personal sé que en mí no hay solo uno, hay varios rasgos de fariseísmo…
Pero…
¿Es suficiente con identificarlo?
¿Qué cosas y ajustes necesito hacer en mi vida para ir eliminando esas pequeñas zorras?
¿Cómo puedo cuidar mi corazón?
Las respuestas a estas interrogantes queda en nosotros, en intimidad con Dios, responderlas. Haga lo que sea necesario por su vida espiritual. Tenemos el ejemplo de John Piper que recientemente, -en una actitud muy poco vista en los líderes religiosos- solicitó un sabático para recuperarse espiritualmente. Necesitamos enterrar nuestro orgullo para que Dios pueda transformarnos.
Comparto con ustedes esta predicación del pastor Samuel Nina “El orgullo Religioso” dando click en este mismo enlace.
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